Hace unos años estaba tranquilamente hablando con unos amigos en uno de los muchos bares que tiene nuestra ciudad, cuando un hombre nos comenzó a hablar animosamente de que vivía en la antigua prisión y nos invito a conocerla
La cárcel se encontraba en desuso desde hacia muchos años y al parecer las instituciones le habían dejado que se quedara como inquilino haciendo las veces de guardia
La visita fue muy improvisada y mi equipacion fotografía fue mínima, apenas tire unas cuantas fotos de un sitio que merecía por si solo un reportaje en condiciones
La parte mas interesante era donde se situaban las celdas, situadas en pabellones con dos pisos y unidas todas en su parte central, a una zona desde donde los vigilantes controlaban la actividad de los presos
Las celdas tenían un mobiliario mínimo, compuesto por dos taquillas metalicas, una mesa y un tablón de corcho
El servicio estaba separado por dos pequeños muros sin puerta, todas las celdas tenían dentro un cubo y fregona
Una zona estaba destinada a presos especialmente confinados y en este caso salvo las camas no hay mas en las celdas
En este tablón de corcho, alguien dejo bien claro sus gustos musicales
La zona de los patios tenía unas canastas de baloncesto y unas porterías pintadas en las paredes, en esta zona lo que mas nos impacto fueron los muros donde se apreciaban los agujeros, producidos por las balas de los fusilamientos que se realizaron durante la guerra civil
Recordar que la Prisión Provincial de Palencia fue el primer destino carcelario de Miguel Hernández para cumplir los treinta años de prisión a los que fue condenado por un consejo de guerra tras habérsele conmutado la pena de muerte. En la celda 23 permaneció internado durante dos meses del otoño de 1940, y aquí cumplió sus treinta años de edad antes de su traslado a la prisión de Ocaña.
Prisión Provincial de Palencia
8:25 p. m.
Lugares Abandonados, Palencia